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Atencion: en este filme hay bailarines. Gente que da saltos. Sin tutu, pero con impecables trajes blancos, brincan y se retuercen al ritmo de la musica de David Byrne. Los que teman a lo arty, que se alejen de aqui sin volverse y encaminen sus pasos hacia el primer concierto de Oi! o metal que encuentren. Porque si esto, todo esto, suena muy arty, es porque -no vamos a engañarles- lo es. Oh, si lo es. Si la palabra “plasticidad” ha tenido alguna vez un significado, es aqui. Ride, rise, roar no es otra cosa que el tour que David Byrne realizo a lo largo del 2008-2009, y que unio sus canciones (desde “Once in a lifetime” hasta su LP con Brian Eno del 2008, Everything That Happens Will Happen Today) con una troupe de bailarines. Si, bailarines. Pero la artiness de RRR se presenta de la manera mas excitante posible. Aqui hay ritmo, blancura impoluta, casi nuclear, una elegancia imposible y mil y una coreografias, asi como una mirada sofisticada a las bambalinas de la mente de Byrne. Hay novedades, pero tambien hits ("Road to nowhere", “Burning down the house”), hay color en el concierto, y un blanco y negro sublime al mostrarnos los ensayos. Hay musica, pero tambien analisis. Y junto es lo que se viene a llamar "Viernes 13 - 2 parte". Una experiencia de “poesia en movimiento” (ejem) como pocas, y para los Byrne-anos: purito extasis.