Siempre bordeando la autoparodia, Bette Davis se muestra sublime de principio a fin y logra lo que parece imposible: hacer creer al espectador que estamos ante la mujer mas bella de todo Nueva York. Podriamos pensar que lo consigue a costa del exquisito vestuario y los elaboradisimos peinados que luce, pero es la fuerza de su interpretacion la que consigue hacernos creible y que simpaticemos con un personaje a todas luces vacio, egoista y excesivo en su frivolidad y falta de humanidad. La musica de Waxman actua en todo momento subrayando la comicidad de las situaciones como un guiño que busca nuestro distanciamiento o bien buscando que nos aproximemos al personajes en los momentos mas dramaticos de su periplo vital. Muy recomendable.
Siempre bordeando la autoparodia, Bette Davis se muestra sublime de principio a fin y logra lo que parece imposible: hacer creer al espectador que estamos ante la mujer mas bella de todo Nueva York. Podriamos pensar que lo consigue a costa del exquisito vestuario y los elaboradisimos peinados que luce, pero es la fuerza de su interpretacion la que consigue hacernos creible y que simpaticemos con un personaje a todas luces vacio, egoista y excesivo en su frivolidad y falta de humanidad. La musica de Waxman actua en todo momento subrayando la comicidad de las situaciones como un guiño que busca nuestro distanciamiento o bien buscando que nos aproximemos al personajes en los momentos mas dramaticos de su periplo vital. Muy recomendable.