Capítulo V - Vivir o sobrevivir

'Chavalas' tiene varios problemas, los dos mas importantes una historia mil veces vista a la que no le mete ningun meneo, y que bajo su apariencia de cine "de barrio" parece hecha por alguien que nunca ha pisado uno. Todo es demasiado bonito como para parecer de verdad, menos aun para que nos la tomemos mas en serio que a un stand tematico de IKEA. No todo tiene por que ser tan miserable como en una pelicula de Ken Loach, vale, pero entre eso y el buenismo pijo progre de resaca post-mojito hay un abanico muy grande de posibles realidades.

Si la pelicula se sostiene es por Vicky Luengo y sobre todo Carolina Yuste, actriz llamada a jugar en las grandes ligas. Y eso que solo la primera tiene lo que podriamos considerar un papel: El resto son oportunos apoyos de una sola pieza, como todo en esta pelicula tan aseptica y sin alma a la que sobre todo, y ante todo le falta "sabor". A barrio, a vida. Autenticidad. Un amago de fabula vitalista dificil de creer cuando quien te la cuenta no siente ninguna pasion, siendo equivalente a ayudar a un pobre mientras posas con unas Ray-Ban para el Instagram.

Mucho mas arriesgada y de paso tambien mucho mas autentica resulta 'El vientre del mar', un basado en hechos reales al que Agusti Villaronga si le mete un buen meneo. Gane o pierda, al menos Villaronga apuesta por hacer algo, y ademas algo distinto a lo habitual, intentando que pintura, literatura, teatro y cine convivan en armonia en una sola dosis. Una produccion poco convencional y sobre todo poco condescendiente que paso a paso se va haciendo a la mar y que crece conforme van pasando los minutos, hasta un total de no mas de 75. Cortita y al pie.

Villaronga acierta al transformar la cronica de un naufragio en el duelo dialectico y vital de sus dos supervivientes, enfrentados a sus propios reflejos a la vez que unidos para siempre por una experiencia atroz. Un acercamiento de corte onirico y poetico que no intenta hacer justicia a la realidad, sino a su capacidad y poder de evocacion. Filmada en blanco y negro y de contornos muy plasticos, esta epopeya expresionista se posiciona como una de esas experiencias que demuestran que si el cine esta vivo, es porque hay quien lucha por su supervivencia.

Continuara...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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