'El novato' - Aquellos maravillosos años
¿Quien no se ha sentido alguna vez como un novato... Nuevo y sin estrenar en medio de ninguna parte reconocible del mundo, sin saber quien es quien, como interpretar los chascarillos o por donde van los tiros, las modas pasajeras y las convenciones sociales del momento, el lugar y la temperatura ambiente?
Ser el nuevo no tiene por que ser duro, sin embargo ser el novato suele serlo. La propia palabra trae consigo una connotacion negativa muy propicia para usarse de forma despectiva. Puto novato, y todo queda dicho con tan solo dos palabras. O sin taco, con una sola. Esta es la riqueza del idioma, y esta es la riqueza tambien de una obra como 'El novato', no tanto una historia como la descripcion de un estado de animo.
Esto es, 'El novato' tiene un punto de partida, un rumbo y un credo bastante claros, mas lo que no tiene es un destino argumental concreto. Esto es tan bueno como a la vez relativamente malo: la libertad de no estar sujeta a un compromiso choca con la esclavitud del espectador hacia este mismo convencionalismo recurrente, y a menudo necesario. Relativamente, depende del momento, el lugar y la temperatura ambiente.
Relativamente malo en el momento, el lugar y con la temperatura ambiente donde se produce, en un falso directo que durante unos instantes nos deja con el frio en el cuerpo. Ahora bien, pasa el tiempo -bastante rapido- y crece el estado de animo, crece el poso de lo bueno: la descripcion natural y cotidiana de un estado de animo, ademas, que a todos nos ha dejado marcados de una u otra manera. Esto es, aquellos maravillosos años.
Esta cualidad es la que define a la opea prima de Rudi Rosenberg: su capacidad de evocar y arraigarse en nuestra simpatia por el recuerdo afable. Aun por encima de su, vamos a llamar, condicion de filme de 80 minutos a medio hervir principalmente en lo argumental. No es tanto el quien hace que, como que el momento transpire a traves de unas fotogramas de los que, ante todo, emana autenticidad. Buen rollo. Y verdad.
Esta verdad -y/o aparente verdad, la magia del cine- es lo que hace de 'El novato' una autentica golosina baja en calorias para el paladar. Un pequeño placer humilde pero a la vez rotundo en su pragmatica sencillez. Una obra rematadamente simpatica que, a pesar de los pesares, crece tanto en el recuerdo como lo puede hacer una infancia, con sus mas y sus menos, dando vueltas por la cabeza de cualquier "adulto".
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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